SON VALENTÍ

El proyecto de transformación de Son Valentí en un hotel rural de 13 habitaciones parte de una aproximación sensible y rigurosa, donde cada decisión se fundamenta en el respeto absoluto por lo existente. La intervención, desarrollada por GRAS Reynés Arquitectos junto a un equipo multidisciplinar de arqueólogos, historiadores del arte y restauradores, se apoya en criterios de mínima transformación, reversibilidad y adaptación funcional sin comprometer la autenticidad del conjunto. La arquitectura no se impone, sino que acompaña y pone en valor las distintas capas históricas que conforman la finca.

El conjunto se organiza en torno a dos volúmenes principales con identidades claramente diferenciadas. La Casa dels Senyors, antigua vivienda principal, presenta una arquitectura más representativa, con revoques de color ocre y una presencia señorial. La Casa dels Amos, vinculada históricamente a la actividad agropecuaria y al servicio, adopta un carácter más rústico, con muros de mampostería vista y una expresión más directa.

Ambos edificios conservan accesos y volumetrías independientes, pero se relacionan visual y espacialmente a través del patio interior y del paisaje circundante, compartiendo una apertura directa hacia el mar y la costa norte de la isla.

El programa público se concentra principalmente en la planta baja, donde se sitúan la recepción, el restaurante, la cocina, el gimnasio y la sala de tratamientos. Las habitaciones se distribuyen en los niveles superiores, respetando la estructura original de los edificios y su jerarquía histórica.

La organización espacial responde a una lectura clara del conjunto, manteniendo la coherencia entre usos, recorridos y relaciones visuales con el exterior.

La intervención interior se caracteriza por una actitud contenida y respetuosa, dejando que la arquitectura existente sea la verdadera protagonista. Se recuperan y ponen en valor materiales nobles y tradicionales como la piedra de marès, las carpinterías de madera restauradas, los pavimentos hidráulicos y los morteros de cal.

La materialidad no busca contrastes forzados, sino una continuidad natural entre lo existente y lo nuevo, reforzando la autenticidad del conjunto y generando atmósferas serenas y atemporales.

Históricamente autosuficiente, la finca contaba con un complejo sistema hidráulico compuesto por aljibes, canales y albercas, diseñado para la recogida y gestión del agua de lluvia. El proyecto recupera y reactiva este sistema como parte esencial de su estrategia ambiental.

El agua recogida se reutiliza para el riego de jardines, complementándose con un sistema propio de depuración que permite la reutilización integral de las aguas, sin generar vertidos, en coherencia con la lógica original de la finca.

El tratamiento paisajístico del patio central, los jardines y las terrazas prioriza la vegetación autóctona y el respeto por la configuración original del conjunto. Se conservan empedrados, pozos y elementos hidráulicos tradicionales, reforzando la continuidad entre arquitectura, paisaje y memoria.

Son Valentí se concibe, así como una intervención que no altera el equilibrio del lugar, sino que lo actualiza desde el respeto, recuperando su identidad como pieza activa del paisaje cultural de la Serra de Tramuntana.