MRA Apartments

La arquitectura está compuesta de dos volúmenes claramente diferenciados y pretende ser una contraposición entre lo tradicional y lo moderno, lo ligero y lo pesado.

Esta contradicción refuerza el concepto de “faro” desarrollado en el edificio.

Las plantas inferiores, de volumetría compacta, representan la torre de este faro. La materialidad, hace eco de la utilizada en los bancales tradicionales mallorquines, propios de las construcciones en terrenos con pendiente de las Islas Baleares, es un gran “marge” realizado con gaviones de piedra Santanyi, un tipo de piedra arenisca típico de la isla de Mallorca.

Con la intención de reforzar este concepto, se desplazan los volúmenes intermedios generando jardines y zonas exteriores para las viviendas que se encuentra allí, a su vez que actúan como una extensión del entorno natural circundante y se funden en el contexto.

En contraposición, las plantas superiores realizadas en metal y vidrio representan la linterna de éste faro-mirador y la parte moderna de estos dos volúmenes.

Con materiales que recuerdan una arquitectura etérea, ligera y transparente, el diseño se concibe para exprimir al máximo la superficie disponible de los pisos superiores, los de mayor valor comercial, y abrir las viviendas a las vistas panorámicas.

Con cristaleras que van desde el techo al suelo, no se perciben fronteras entre el interior y el exterior de estas viviendas; como la linterna de un faro, los muros de cristal permiten un aprovechamiento privilegiado de la luz natural, así como unas vistas imponentes.

Todas las áreas exteriores asociadas a cada vivienda están dotadas de jardines y piscinas, que mejoran la calidad de las vistas y acentúan la intimidad y la independencia de sus usuarios. La fachada principal y la posterior, son dos contrastes al igual que el concepto general del edificio.

Por un lado, la parte trasera del edificio, donde se encuentran las zonas privadas de cada vivienda, ofrece huecos pequeños hacia las vistas menos privilegiadas del barrio que permiten la entrada suficiente de luz y ventilación pero que no atentan contra la privacidad de los usuarios.

En contraposición, la fachada principal, orientada al sur y donde se hayan las zonas públicas y de ocio, ofrece una completa apertura hacia el mar mediterráneo.

La relación de la parcela con la calle, imprescindible para el diseño de los accesos y el aparcamiento, viene determinado por la fuerte pendiente y la falta de espacio. El parking se resuelve colocando varias plazas en planta baja entre la calle y el edificio, complementado con un aparcamiento robotizado.

El edificio está muy expuesto a la orientación sur y el clima mediterráneo, con un fuerte soleamiento en verano. La fachada combina 2 estrategias para adecuarse a esta circunstancia. Persianas tradicionales en las plantas inferiores que garantizan ventilación y protección solar y una fachada de piedra de gran espesor, que garantiza un buen aislamiento térmico.

Por otro lado en las plantas superiores los vidrios son de alta protección solar; se dispone por el exterior de unas persianas motorizadas para controlar el soleamiento y de un sistema de aerotérmia de calefacción-refrigeración con recuperación de calor.