LA FEMU
Arquitectura colectiva en el corazón de Palma

86 viviendas estructuradas desde la lógica urbana de la manzana cerrada
Ubicado en el vecindario de L’Olivera, al norte de Palma, el edificio se sitúa junto al parque de La Femu, beneficiándose de una red viaria secundaria que lo aísla del tráfico principal y genera un entorno sereno dentro del tejido urbano. Esta condición, poco habitual en zonas tan densas, transforma la parcela en un enclave donde la arquitectura se abre a la ciudad sin renunciar a la intimidad.
Tipología
Residencial
Emplazamiento
Palma de Mallorca, ES
Tamaño
13.109 m²
Viviendas
86
Cliente
La Llave de Oro
Año
2025
Presupuesto
11.100.000,00€
Arquitectura
GRAS Reynés Arquitectos
Equipo
Guillermo Reynés, Álvaro Pérez, Filip Szafalowicz, Klaudia Sandecka
Ingeniería
Media-tec SL
Estructura
Nolac Enginyers, S.A

Reivindicar el patio como espacio de acceso y encuentro
El proyecto ocupa las tres cuartas partes de una gran manzana consolidando un perímetro construido que se pliega hacia un amplio patio central. Esta operación tipológica permite crear un espacio interior generoso, vegetal y compartido, que actúa como núcleo vital del conjunto. Se trata de un edificio de 86 viviendas desarrolladas en planta baja + 4 y con 2 plantas de sótano.

Accesos pensados para mediar entre ciudad y vivienda
El acceso a las viviendas se produce siempre a través del jardín interior, reinterpretando el esquema del patio palmesano como lugar de bienvenida y transición. Mientras que las plantas superiores acceden mediante núcleos compartidos de circulación, la mayoría de las viviendas en planta baja disponen de accesos individuales a través de jardines privados. En las viviendas en planta baja, dada la exposición de una de sus fachadas al espacio público, se ha incorporado una celosía cerámica como filtro protector que garantiza una sensación de privacidad, seguridad y confort, evitando así la incorporación posterior de verjas metálicas o elementos similares.

Una fachada que responde al uso y se expresa con materia local
La volumetría general se resuelve mediante un juego de llenos y vacíos que se manifiesta en fachada a través de retranqueos, balcones y texturas diferenciadas. La piel del edificio, monocroma pero vibrante en matices, se articula mediante un sistema de celosías cerámicas que, más allá de su valor estético, resuelven cuestiones de privacidad, control solar y ventilación. La incorporación de este elemento responde tanto a criterios funcionales como a una voluntad de continuidad con las técnicas y materiales propios del entorno construido.


Estrategias pasivas y eficiencia energética
El diseño presta especial atención a la envolvente del edificio, optimizando la inercia térmica mediante aislamientos avanzados y protecciones solares eficaces. Las cubiertas incorporan paneles solares para la producción de energía renovable y cada vivienda reutiliza aguas grises, configurando así un modelo residencial comprometido con la sostenibilidad y la eficiencia ambiental.

