The Mountain Collection

Horizontes de hormigón y cristal que emergen y se fusionan con el paisaje de Palma de Mallorca

Dos viviendas mellizas integradas en la montaña con vistas panorámicas

En lo alto del barrio Son Vida, en Palma de Mallorca, se diseñan dos viviendas integradas armoniosamente en el entorno natural de roca viva, estas casas mellizas destacan por su diseño horizontal, que enmarca y delimita las impresionantes vistas. Una imponente losa de hormigón emerge de la montaña, creando un efecto de grieta y proporcionando sombra continua bajo la cual se disponen las viviendas. Con un enfoque en la sostenibilidad y el confort térmico, las casas utilizan materiales locales como piedra y hormigón, maximizan la eficiencia energética con paneles solares y se integran con el paisaje a través de jardines inspirados en la topografía de la región.

Tipología

Villa privada

Ubicación

Palma de Mallorca, ES

Tamaño

  • Villa Rock : 1.580,69m2
  • Villa Edge: 1.605,71 m2

Cliente

privado

Año

2023

Presupuesto

4.639.477,00 €

Arquitectura

GRAS Reynés Arquitectos

Equipo

Guillermo Reynés, Álvaro Pérez, Klaudia Sadecka

Ingeniería

AMM Technical Group

Estructura

AMM Technical Group

Infografías

GRAS Reynés Arquitectos

Un emplazamiento singular en la cima de una montaña, a 200 metros sobre el nivel del mar, con amplias vistas de la bahía de Palma de Mallorca y de la Sierra de Tramontana. Un entorno natural agreste de roca viva que ofrece un panorama único de 360 grados. Las vistas, la fisonomía propia de la montaña, el impacto visual del proyecto y la privacidad requerida por el cliente condicionan el diseño de las casas.

Diseño integrado con el contexto natural y el paisaje montañoso

La amplitud de las vistas es apabullante, sobrecogedora. Es necesario crear un “marco” y poner un límite a las mismas acorde con la escala doméstica de las casas. El diseño apuesta por una horizontalidad extrema, radical, que enfatice ese marco y ese “acotamiento” de las vistas. Al diseñar conjuntamente las casas, mellizas que no gemelas ya que comparten concepto pero se diferencian entre ellas sutilmente, la horizontalidad se acentúa aún más ya que las casas se mimetizan y se presentan al paisaje como una sola actuación.

Una gran losa de hormigón que nace de la montaña cómo si fuera un pliegue de la roca viva proyectándose hacia el vacío del valle. En la losa de hormigón, se integra la roca viva, la naturaleza. Bajo la losa de hormigón, las viviendas se retranquean del borde de la losa, creando una sombra horizontal continua, una grieta, un pliegue en la montaña.

Es crucial, más bien una responsabilidad, analizar y ofrecer una respuesta adecuada a la interacción entre la ciudad y la montaña, así como resolver el impacto que las viviendas tendrán en el entorno montañoso.

La estrategia anteriormente descrita es la adecuada para minimizar el impacto, al resolver la implantación de los edificios en un único estrato horizontal creando desde la distancia una línea horizontal continúa en sombra y conformada con materiales acordes con la fisionomía de la montaña, hormigón y piedra en tonos similares a la roca existente en la montaña.

Espacios funcionales y confort interior

El control de la escala de la actuación es uno de los principales retos del proyecto. Es por ello qué las dos casas se desarrollan en dos plantas en vez de las 3 plantas que permite la normativa.

En la vivienda este, denominada Edge, el acceso se sitúa en el nivel inferior. Junto a este, se sitúan el garaje y las zonas de servicio e instalaciones, complementarias al programa principal.  El garaje, dado el contexto suburbano y la accesibilidad exclusiva en coche a la parcela, pasa a ser un elemento muy importante en el diseño. Este se convierte en la entrada principal de la casa, por lo cual se trata como un vestíbulo en toda regla, incorporando la luz natural a través de un patio.  Desde aquí se accede a la planta superior, a través de un doble espacio, un vacío en la montaña.

La planta principal es la casa en sí. Todo el programa principal de la casa se desarrolla en un solo nivel, siguiendo un esquema muy claro: las zonas públicas al oeste, para así disponer de la mejor orientación y la puesta de sol, y los dormitorios en el este. Una decisión académica que encaja con el programa y la fisonomía de la parcela. La zona pública, salones, cocina y terrazas consiste en un gran espacio continuo dónde se difuminan los límites entre el exterior y el interior.

Las particiones se minimizan y los distintos programas se acotan directamente con el mobiliario. Esta fluidez refuerza el concepto de las casas dónde una losa de hormigón que emerge de la montaña define la actuación. Bajo la losa la vivienda, al frente el mar y las vistas, detrás la montaña. En el límite con las vistas y el exterior, se utilizan carpinterías de vidrio de apertura total, mientras que hacia la montaña se integran patios para aumentar la entrada de luz, jardines y ventilación cruzada en la casa.

Al oeste de la casa, los 5 dormitorios se organizan alrededor de un patio, todos con baño propio, terraza y vistas a la bahía de Palma.

La materialidad de la casa emana del contexto y de la escala de la actuación. La losa de hormigón se deja vista y en su color natural gris oscuro para que mimetice con las rocas de los alrededores. Entre la losa y el terreno, dos materiales: grandes paneles de prefabricados pétreos, acordes con la escala de la actuación, y grandes ventanales de vidrio ambos de suelo a techo. El gran voladizo de la propia losa protege los cerramientos de la insolación directa, y para las zonas más expuestas, se diseñan unas estructuras de lamas verticales. La cubierta es ajardinada-natural, como una gran extensión de la propia montaña.

Estas sencillas y directas decisiones componen todo el exterior de las viviendas.

El interior también busca reflejar la dualidad montaña-vistas. Se deja el hormigón visto en las zonas comunes, tanto en el techo como en los elementos estructurales. Los paños verticales se aplacan en madera y el solado son losas de gran formato de mármol travertino, tanto en el interior como en el exterior. Todo ello se complementa con piezas de mobiliario únicas.

La vivienda Oeste, Rock es una melliza de Edge variando únicamente en la adaptación al terreno, en este caso la casa se remata con un gran voladizo-mirador.

Sostenibilidad y eficiencia energética en perfecta sintonía con el entorno natural

La propia disposición de las casas crea un refugio térmico al estar situadas bajo una gruesa capa de vegetación y estructura, y muy retranqueadas hacia el interior de la montaña.

El voladizo de hormigón, junto con las lamas, protegen de la insolación directa al vidrio. Pese a tener muchos m2 de vidrio, las casas tienen muy poca insolación directa. Además de la estrategia inicial de la casa-refugio térmico, toda la casa se ha diseñado con criterios de aislamiento pasivo, añadiendo espesores generosos en los cerramientos e instalando vidrios con alta protección solar y aislamiento. Estas estrategias se complementan con la gran instalación fotovoltaica en cubierta. Al diseñar las casas en una sólo planta se dispone de una superficie enorme en cubierta para colocar placas solares, colocadas horizontalmente generando un impacto visual nulo.  Los 223 kW planteados cubren la totalidad de la demanda energética de las casas, tanto para calefacción-refrigeración cómo para el consumo eléctrico propio, convirtiendolas en casas con 0 huella de carbono. La instalación de una bomba de calor, con recuperación de calor y alimentada con la producción de las placas, refrigera la casa en verano y la calienta en invierno con el suelo radiante.

El diseño del jardín y de los espacios exteriores se inspira en la arquitectura de bancales propia de la Sierra de Tramontana. No hay mejor manera de implantarse en el territorio y crear condiciones óptimas de plantación para olivos, algarrobos y pinos, árboles endémicos, que junto con la capa inferior arbustiva de mata, lentisco, romero, lavanda y mirto forman el jardín de las casas. Los bancales se construyen con las rocas de la propia excavación.

El diseño del jardín refuerza la idea de las casas cómo un bancal habitado, un refugio térmico incrustado en la montaña.