Kimpton Aysla Mallorca
Esencia mediterránea y encanto mallorquín
El Country Club de Santa Ponsa se transforma en un santuario hedonista mallorquín en medio de un precioso enclave natural
Kimpton Aysla Mallorca es el resultado de un proyecto de renovación iniciado por Santa Ponsa Country Club que encarna los valores de: diseño, diversidad y sostenibilidad. El proyecto integra un hotel de 79 habitaciones, un club social, restaurantes, salas de conferencias, gimnasio, spa, y un complejo de tenis. El diseño incorpora elementos mallorquines como la arquitectura tradicional, jardines autóctonos y piscinas inspiradas en las calas locales. El complejo se enfoca en la conexión con la naturaleza y la comunidad, ofreciendo una experiencia única en Mallorca.
Tipología
Hotel y uso comercial
Ubicación
Santa Ponsa, Mallorca, ES
Tamaño
12.100 m²
Habitaciones
79
Cliente
Calvià Country Club
Año
2022
Presupuesto
21.000.000,00 €
Arquitectura
GRAS Reynés Arquitectos
Equipo
Guillermo Reynés, Álvaro Pérez, Mayca Sánchez, Iñigo Astray, Xenia Dimoka, Zuzanna Cieslewicz, Filip Szafalowicz, Kristina Kirilova, Marta Wieczorkiewicz
Ingeniería
Ingenio Ingeniería
Paisajísmo
MARE Paisajístas, Cultivos Pima
Arquitecto Técnico
Jaume Rosselló Alomar
Construcción
Llull Sastre
Interiorismo
GRAS Reynés Arquitectos + IHG Interior Design Team
Fotografía
Tomeu Canyellas
MD INTERIOR DESIGN ARCHITECTURE
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El concepto del proyecto Kimpton Aysla Mallorca refleja los valores de: diseño, diversidad, sostenibilidad, colaboración con la comunidad y conexión con los valores culturales del lugar, en este caso Mallorca.
La visión del proyecto incluye la renovación total del complejo social y deportivo existente junto a una ampliación del hotel en dos nuevos edificios. La intervención dará lugar a un gran complejo deportivo y de ocio único en Mallorca, ya que combina: un hotel de nueva construcción con 79 habitaciones, un club social con tres restaurantes, salas de conferencias, un espacio multifuncional para eventos, un gimnasio, un spa, una piscina cubierta, un centro de belleza, un gran jardín con dos piscinas al aire libre y un complejo deportivo de tenis de primera clase.
El emplazamiento del Kimpton Aysla Mallorca se caracteriza por un gran jardín alrededor del cual se disponen los edificios: la estructura original, que alberga las zonas comunes y los programas públicos del hotel, así como el exclusivo club de socios, y los nuevos edificios «en bloque» con las habitaciones. Ambos edificios encierran y ocultan un gran jardín interior de uso exclusivo para los huéspedes.
Todo el complejo se convierte en un «Santuario Mallorquín», el Kimpton Aysla Mallorca, una colección de paisajes y tradiciones mallorquinas unidas en un resort único. El antiguo edificio del Country Club es la pieza central del proyecto: una antigua possesió, una típica casa señorial mallorquina. A su alrededor, como elementos acuáticos, se encuentran el estanque del jardín, una piscina rectangular similar a las utilizadas en el campo como almacén agrícola, y “la playa”, una piscina de arena que asemeja un trozo de la costa mallorquina.
Los nuevos edificios del Kimpton Aysla Mallorca, los bloques, se diseñan en torno a un patio central que reinterpreta las típicas casas mallorquinas con «clastra» (patio): un espacio exterior privado y oculto, un elemento sorpresa que amplía el espacio y proporciona ventilación e iluminación. Estos nuevos volúmenes están diseñados en contraste con la antigua possesió. Esta diferencia resalta la nueva arquitectura al tiempo que subraya el recuerdo del edificio antiguo. Los dos bloques están conectados al edificio existente por un túnel subterráneo y un puente peatonal en superficie. La materialidad de los nuevos edificios se extiende sobre los nuevos volúmenes que deben crearse en el edificio antiguo para acoger la recepción. De este modo, la nueva apariencia «coloniza» el edificio existente. Cada una de las zonas ajardinadas tiene una identidad clara: un jardín está diseñado como un laberinto, un elemento lúdico del paisaje, mientras que el otro es un bosque comestible donde se cultivan frutas y verduras.
Habitaciones únicas con terrazas y obras de arte
Las 79 habitaciones del Kimpton Aysla Mallorca están distribuidas alrededor de estos patios para proporcionar luz natural y ventilación a los pasillos. El concepto de las habitaciones es único: todas ellas tienen una terraza lateral, lo que crea una zona exterior aislada a través de la cual se ventila e ilumina el cuarto de baño. Los baños son todos exteriores y tienen acceso a la terraza a través de la ducha, convirtiendo la ducha interior en una ducha de verano al aire libre. La zona exterior es tan importante como la interior, ya que el clima mediterráneo permite un uso intensivo de las terrazas durante 6 meses.
En las habitaciónes todo es color, siguiendo el alma de la marca, y una cuidada selección de mobiliario, piezas únicas seleccionadas por nuestro equipo de arquitectos interioristas. Desde maceteros de terracota a sillas de teca y una amplia selección de cojines con tejidos locales. Las habitaciones también incluyen una selección de obras de arte y artefactos comisariados para el hotel por la galería de arte local Aba. Cada habitación cuenta con 5 obras de arte, 2 pinturas y 3 esculturas, todas diferentes y creadas por artistas locales de Mallorca.
Espacios comunes y recepción del hotel
La conexión entre los bloques de habitaciones y el edificio existente forma una plaza donde se encuentran el acceso y la recepción del hotel. Un escultural olivo da la bienvenida al huésped y conecta con la gran pérgola que marca la entrada y crea un camino cubierto al hotel.
El edificio existente, que alberga la recepción, se rediseñó por completo para crear una nueva distribución de espacios, abiertos e interconectados, que rompen gradualmente las distintas partes del programa.
La recepción del hotel da la bienvenida al huésped en un espectacular espacio de doble altura con tres enormes bloques tallados en piedra de una cantera local que hacen de mostradores. Una obra de arte especial de Regina Dejiménez detrás del mostrador de recepción crea un hermoso telón de fondo para el espacio. El interior, de doble altura, se comunica con la primera planta a través de una escultural escalera orgánica revestida de madera.
Junto al mostrador de la recepción se encuentra el bar de cócteles, que sirve tanto al salón interior como a la terraza delantera que da al jardín. Alrededor del bar se disponen asientos informales para tomar una copa o un almuerzo ligero.
El lounge del hotel está conectado con el restaurante principal, el SABA, una mezcla de cocinas española y asiática. El restaurante, una zona formal de asientos en torno a una cocina abierta, se proyecta al exterior con un «orangery«, un añadido acristalado a la estructura original con más mesas y plantas que conecta los espacios interiores con los jardines.
Las zonas comunes del hotel tienen un flujo claro, empezando por la recepción del hotel, pasando por el bar y el restaurante hasta llegar a la zona del club, que mantiene el acceso original para distinguir al huésped del hotel del socio del club.
Zonas de ocio y bienestar en el club
La recepción del club da la bienvenida al huésped del club y organiza las zonas relacionadas con el uso del mismo: salas de reuniones, sala fitness, SPA y centro de belleza. Estas zonas están distribuidas en 2 plantas. En la primera planta se encuentran las salas de reuniones y el spa. Las salas de reuniones están diseñadas individualmente, pero pueden conectarse y organizarse en un gran espacio gracias a paneles móviles. El spa, gestionado por la Maison Codage de París, ofrece una experiencia de bienestar completa: hamman, sauna, duchas de sensaciones y una nueva sala de relajación con una pared de 20 m2 de sal del Himalaya. El spa también incluye una gran piscina cubierta con una piscina de vitalidad más pequeña. Este espacio conecta con los jardines.
En la segunda planta se encuentra la gran zona fitness con varias salas para equipos y clases, y el centro de belleza dispuesto en torno a un patio con salas especiales para diversos tratamientos.
Además de la conexión directa con el club desde el exterior y la conexión interna con las salas de F&B, desde la recepción del hotel hay una conexión directa con la segunda planta, donde se encuentran el gimnasio y el centro de belleza, y desde allí, un acceso directo al spa en la planta inferior. Un programa y una distribución complejos se resuelven con éxito gracias a la completa reordenación de los espacios interiores.
Piscinas exteriores y jardines mediterráneos
Todos estos ambientes se abren a la joya del proyecto: el jardín mediterráneo y las 2 piscinas exteriores. El proyecto ofrece una piscina en forma de playa para relajarse, inspirada en las calas mallorquinas, y una piscina deportiva. Ambas zonas integradas en los jardines con tumbonas y zonas de relax. Entre ellas se encuentra el bar de la piscina, la cocina de la piscina ZAYT y el jardín Deli, una instalación totalmente equipada bajo una pérgola de madera.
El resultado es el mencionado «santuario» rodeado de hermosos jardines autóctonos inundados de luz mallorquina, donde la relajación más intensa se encuentra con el ocio, y los elementos tradicionales conviven con la vida moderna.
Resort ecológico, diseño sostenible
La sostenibilidad es un aspecto importante en este proyecto. Por ello, todas las cubiertas de los nuevos edificios están revestidas de paneles solares que suministran electricidad al complejo. El hotel instaló 170 m2 de paneles solares que suministran energía a todo el hotel. Y puesto que el agua es un recurso escaso en Mallorca, todos los techos y terrazas cuentan con un sistema de recogida de agua de lluvia en un depósito de 500 m3. El agua recogida se reutiliza para el hotel y el jardín, haciendo que el proyecto sea casi autosuficiente. Además, las aguas grises de duchas y lavabos también se almacenan en un depósito, se depuran, se reutilizan y se devuelven al sistema para descargar los inodoros y regar los jardines, que se plantaron con especies autosuficientes de escasa demanda de agua.
También se utilizaron sistemas pasivos sostenibles. La fachada está totalmente aislada del exterior, por lo que no hay puentes térmicos. Los paneles SATE utilizados para el aislamiento tienen un grosor de 10 cm y las fachadas ventiladas también tienen 8 cm de aislamiento. En las ventanas se han instalado cristales de alta protección y bajas emisiones. Las fachadas y el aislamiento del tejado, combinados con el sistema de aire acondicionado con intercambio de calor y apoyados por los paneles solares, permiten que el hotel funcione con una demanda energética muy baja.